Si es aceptado en la Casa de Candidatos, al solicitante se le pide que contribuya con alguna cantidad para sufragar los gastos asumidos por la Compañía de Jesús. También se espera que se haga cargo de sus necesidades personales durante su candidatura.
Sin embargo, cualquier persona que no pueda cumplir con estos requisitos financieros puede explicar su situación al Director de Vocaciones, o al Director de la candidatura, que determinará los arreglos que sean factibles. No se niega la admisión a nadie por motivos puramente económicos.
Tan pronto el candidato es aceptado al noviciado, ya no tiene más obligaciones financieras. La Compañía, con la ayuda de generosos benefactores, se hace cargo de financiar toda su formación y capacitación en la Compañía.