Queridos Dreamers:
Escribimos en este día tan difícil para recordarles que Dios los ama y decirles que no están solos. En todo Estados Unidos, los Dreamers como tú han embellecido las aulas de las escuelas Jesuitas, desde los más pequeños hasta los que en estos momentos obtienen títulos avanzados. Viniste a nosotros por una educación, viniste para recibir orientación pastoral y espiritual, y te recibimos, no por tu nacionalidad, sino porque son nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Ningún gobierno puede romper ese vínculo sagrado.
Si bien es cierto que a ti y a los casi 750,000 que como a ti se les llaman «Soñadores», ustedes también nos han ayudado a soñar. Gracias a tu ejemplo, los Jesuitas y miles de educadores laicos en nuestras escuelas en los Estados Unidos han soñado con nuevas posibilidades para jóvenes como ustedes que, en demasiados casos, huyeron de la violencia, la pobreza y la desesperación.
Hacemos un llamado al Congreso para que actúe sin demora en la aprobación de una solución duradera, pero más que nunca, nos comprometemos a vivir la ley de Dios, que nos llama a amar al extraño, recordando que nuestros antepasados en la fe fueron alguna vez extraños en un país extranjero.
Estados Unidos es un gran país porque es una tierra de oportunidades, valores familiares y compasión. A lo largo de nuestra historia, hemos brindado a los recién llegados la oportunidad de trabajar duro y tener éxito, para beneficio sustancial de nuestro país. También hemos otorgado una gran importancia a la integridad de la unidad familiar. Los Jesuitas, junto con los obispos católicos, educadores laicos y miles de personas más han alzado sus voces en apoyo de una reforma migratoria integral, incluida la protección de DACA y los Dreamers, y no nos vamos a rendir. Juntos reconocemos y buscamos honrar su dignidad. Hoy y en las desafiantes semanas y meses por venir, continuaremos esforzándonos por un reconocimiento más justo de sus derechos.
Por favor, no dudes que estás en nuestras oraciones y que continuamos compartiendo sus sueños.
En Cristo,
Padre Timothy Kesicki, SJ
Presidente de la Conferencia Jesuita de Canadá y Estados Unidos.
