5 de octubre de 2019 —En una ceremonia celebrada hoy en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco constituyó 13 nuevos cardenales, entre ellos el Jesuita canadiense Michael Czerny, director de la oficina de refugiados del Vaticano. El Papa recordó a los nuevos y antiguos miembros del Colegio de Cardenales cuánto depende su ministerio y servicio en entender cuánto los ama Dios y lo compasivo que ha sido con ellos.
“A menos que sienta que soy el objeto de la compasión de Dios, no puedo entender Su amor”, dijo él el 5 de octubre durante un consistorio, un servicio de oración durante el cual él personalmente dio la bienvenida a 13 clérigos procedentes de 13 países al Colegio de Cardenales.
“Una persona, o siente el amor de Dios o no lo siente”, dijo, y “si no lo siento, ¿cómo podré compartirlo, dar fe de él, darlo a los demás?”
“¿Soy compasivo con este o aquel hermano o hermana, ese obispo, ese sacerdote? ¿O estoy constantemente derribándolos con mi actitud de condena, de indiferencia?”, preguntó, añadiendo que es una medida de nuestra lealtad en el ministerio.
“Muchas de las acciones desleales por parte de los eclesiásticos nacen de la falta de un sentido de habérseles demostrado compasión, y por el hábito de desviar la mirada, el hábito de la indiferencia.”
El Papa pidió a los nuevos cardenales que oraran para que el apóstol Pedro intercediera por ellos con el fin de que se les concediera la gracia “de tener un corazón compasivo, para ser testigos del que nos ha mirado con benevolencia, el que nos escoge, el que nos consagró y nos envió para llevar a todos su Evangelio de salvación”.
Al elegir los prelados de 13 diferentes naciones, ocho de los cuales pertenecen a órdenes religiosas, el Papa dijo que quería señalar “la vocación misionera de la iglesia que continúa proclamando el amor misericordioso de Dios a todos los hombres y mujeres de la tierra”. La ceremonia del 5 de octubre coincidió con el extraordinario Mes misionero.
El consistorio elevó a 225 el número total de cardenales en el mundo; 128 de los cardenales son menores de 80 años y son elegibles para votar en un cónclave.
Después de que los nuevos cardenales profesaron su fe recitando el Credo y formalmente juraron fidelidad y obediencia al papa y sus sucesores, se acercaron al Papa Francisco de uno en uno para recibir sus birretas, su anillo de cardenal y la asignación de una iglesia “titular” en Roma, lo que los integra en el clérigo romano.
Había tres jesuitas en total entre los 13 nuevos cardenales. Además del Cardenal Czerny, los otros dos nuevos cardenales jesuitas son Jean-Claude Höllerich, arzobispo de Luxemburgo, y Sigitas Tamkevicius, arzobispo jubilado de Kaunas, Lituania.
El Cardenal Czerny, cofundador y director por mucho tiempo del Centro Jesuita para la Fe y la Justicia Social de Toronto, fue uno de varios jesuitas que se ofrecieron como voluntarios para reemplazar a los jesuitas asesinaos en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, El Salvador, en 1989. Allí fue director del instituto de derechos humanos, además de enseñar filosofía y compartir un ministerio parroquial.
Fue nombrado director de la Secretaría para Justicia Social de la curia jesuita de Roma por el Superior General de los jesuitas en 1992. En 2002 se le encomendó la misión de ejercer como director fundador de la Red jesuita africana contra el SIDA (African Jesuit AIDS Network), establecida por los provinciales de África y Madagascar. En 2010, el Cardenal Peter Turkson del Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz para que se desempeñara como su “socio” o asistente o asesor personal.
En 2016, el Papa Francisco lo nombró Secretario General de la Sección para los Migrantes y Refugiados del nuevo Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
El Cardenal Tamkevisius fue parte de la resistencia a la ocupación soviética y fue encarcelado de 1983 a 1988 por “propaganda antisoviética”. Como sacerdote jesuita, en 1972 empezó a publicar la Crónica de la Iglesia Católica en Lituania, un boletín clandestino que documentaba la represión comunista de la iglesia. A pesar de ser interrogado en repetidas ocasiones por la KGB, se las arregló para publicar y distribuir la crónica por más de 10 años, y tras ser arrestado, otros continuaron su trabajo.
Fue obispo auxiliar de Kaunas en 1991 y arzobispo de Kaunas en 1996.
El Cardinal Höllerich enseñó y ejerció otros cargos durante 19 años en la Universidad de Sofía en Tokio antes de ser nombrado por Benedicto XVI como arzobispo de Luxemburgo en 2011. [Fuente: CNS]
