Formación:
Licenciatura en Filosofía y Humanidades, Centro Bono (INTEC) Santo Domingo; maestría en Divinidad, Regis College, Universidad de Toronto; Actuación e Improvisación, Second City Toronto
¿Quién es su santo favorito y por qué?
La Virgen María es mi santa favorita. Su fiat, su disposición, es siempre una brújula constante para mi proceso en la Compañía de Jesús. Ella es el ejemplo perfecto de obediencia a Dios. Siempre le pido que me lleve al lado de su hijo.
¿Cuéntenos una experiencia particularmente significativa que tuvo durante su formación, y por qué es relevante para usted?
Una experiencia especialmente significativa fue hacer los Ejercicios Espirituales de 30 días como novicio en Haití. Estaba en la primera semana de los Ejercicios el 12 de enero de 2010, cuando ocurrió el devastador terremoto que mató a más de 300.000 personas en Haití. El maestro de novicios en ese momento, el P. Miller Lamothe, S.J., decidió suspender los Ejercicios Espirituales, primero para abrir las puertas del noviciado y recibir a los desplazados por el terremoto, así como para permitir que los novicios y otros miembros del noviciado salieran a las calles de Puerto Príncipe y otras zonas vecinas para ayudar a los heridos y a los necesitados.
Esa experiencia marcó todo mi camino en la Compañía de Jesús. Llegué a comprender que servir a los necesitados después del terremoto fue para mí una profunda experiencia de vivir los Ejercicios Espirituales en medio de la propia realidad. Los otros novicios y yo pasamos meses ayudando a las personas que fueron víctimas del terremoto antes de empezar de nuevo con los Ejercicios Espirituales. Por lo tanto, los Ejercicios Espirituales han ayudado a integrar mejor la experiencia de servir a los necesitados, ya que me permiten enfocarme en la oración y la meditación como algo esencial para permanecer cerca del amor de Dios. También me han ayudado a estar atento a los movimientos del espíritu y a discernir la acción de Dios en el mundo.