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Historias

30 de marzo de 2018 – Cuando Jesús estaba en la cruz, pronunció siete frases de gran significado para aquellos que contemplan su pasión y muerte. Hoy, Viernes Santo, recordamos sus Últimas Siete Palabras, las cuales han sido muy usadas en los sermones de Viernes Santo.

La tradición comenzó en el siglo XVII por un sacerdote jesuita en Perú. Desarrolló un servicio de meditaciones para el Viernes Santo basado en las últimas palabras de Jesús y en la devoción difundida alrededor del mundo. Las últimas palabras de Jesús, tal como aparecen en el Evangelio, se volvieron parte de la tradición cuaresmal de la iglesia.

Las Últimas Siete Palabras son parte de la tradición del servicio de Viernes Santo y a menudo, incluye música, rezos o reflexiones. La mayoría de las iglesias eligen a siete oradores diferentes. En la iglesia San Ignacio de la ciudad de Nueva York, la devoción a las Últimas Siete Palabras del Viernes Santo incluirá una variedad de perspectivas. La iglesia jesuita ha invitado a un pastor luterano, a un rector anglicano, a un profesor laico de la escuela Loyola de Nueva York y a un sacerdote jesuita, entre otros, para reflexionar sobre las palabras que pronunció Jesús en la cruz.

Padre Timothy Kesicki, SJ, presidente de la Conferencia Jesuita del Canadá y Estados Unidos, también ha predicado sobre este tema. «Cuando más sufrimos… podemos gritar y Dios nos salvará», dijo el P. Kesicki sobre las últimas palabras de Jesús, «¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?»

«Jesús está en la cruz; su coraje, su cuerpo, su sangre, su tormento es nuestro; y en medio de ese dolor insoportable, él hace su última confesión: Hay un Dios y Dios me escuchará. ¿Cuántas veces nos hemos permitido entregarle la esencia de nuestra alma a Dios?»

P. Kesicki recuerda que conoció a un viudo reciente cuando salía de la iglesia. El hombre le dijo al P. Kesicki que él estaba «enojado con el gran hombre». P. Kesicki señaló las puertas de la iglesia y le dijo: «Las paredes detrás de esas puertas están hechas para gritar. Dios quiere todo de ti, así que deja que Dios sepa cómo te sientes. ¿De qué otra forma va a conocer la profundidad de tu amor?»


(Image via www.marionfumc.org)

P. James Martin, SJ, autor de bestsellers y editor general de America Magazine también ha dado sermones sobre las Últimas Siete Palabras los Viernes Santos. El sermón que dio el P. Martin en la catedral de San Patricio de Nueva York se convirtió en la base para su libro “Las últimas siete palabras«.

En la introducción del libro, P. Martin dice, «si hay un tema central en mis propias reflexiones, es la forma en que los sufrimientos de Jesús lo ayudan a entendernos. La persona a la que rezamos, el hombre al que esperamos seguir, quien ha resucitado entre los muertos, nos entiende –porque él vivió una vida humana, la cual, en su última semana, estuvo llena de sufrimiento».

P. Martin espera que las palabras de Jesús en la cruz nos llamen a tener una relación más profunda con el Salvador; y quiere que la gente recuerde que el «Viernes Santo fue un solo día en la vida de Jesús. En otras palabras, la vida de Jesús no fue totalmente de sufrimiento y dolor».

Ese tema lo reitera el P. Kesicki , quien ve el triunfo del espíritu humano, incluso ante la muerte, en las últimas palabras de Jesús. «Mientras haya un solo hombre, mujer o niño en la tierra con la gracia de poder ser cambiado por este amor desinteresado, él o ella pueden cargar la cruz y seguirlo».

El deseo más profundo de Jesús, dijo P. Kesicki, fue «completar lo que él había nacido para hacer. Más que nada en la vida, él quería morir por nosotros, por puro amor incondicional hacia nosotros».

Haga clic en los enlaces de abajo para escuchar cada una de las reflexiones del P. Kesicki en su sermón del Viernes Santo o búsquelos en iTunes.

Las Últimas Siete Palabras

«Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.»
«Hoy estarás conmigo en el Paraíso.»
«Mujer, ahí tienes a tu hijo… Hijo, ahí tienes a tu madre.»
¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado?
«Tengo sed.»
«Todo está cumplido.
«Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.»[Fuentes: Loyola PressU.S. CatholicThe Word Among Us]

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