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Historias

3 de diciembre de 2018 – Hoy es el día del banquete de San Francisco Javier, SJ, uno de los primeros jesuitas y considerado como el gran misionario desde los tiempos de los apóstoles.

Javier nació en Navarra, España, el 7 de abril de 1506. Después de completar sus estudios en España, viajó a París en 1525 cuando tenía 19 años. Allí fue al colegio de Santa Bárbara donde se hizo amigo de Peter Faber e Ignacio Loyola. Pronto, Ignacio se ganó la confianza de los dos hombres y ambos, Faber y Javier, se dedicaron a la creación de la Compañía de Jesús. Otros cuatro (James Lainez, Alfonso Salmerón, Nicholas Bobadilla y Simón Rodrigues) se unieron a ellos, y los siete profesaron votos de pobreza y castidad en Montmartre el 15 de agosto de 1535.

Luego de enseñar y terminar sus estudios en París, Javier se fue de la ciudad con sus compañeros en 1536 y viajó a Venecia donde cuidó a enfermos en hospitales. El 24 de junio de 1537, se ordenó con Ignacio. Al año siguiente, Javier se fue a Roma y allí se reunió con Ignacio y sus compañeros durante la primavera de 1539 para prepararse para la fundación definitiva de la Compañía de Jesús en 1540.

Javier fue nombrado por Juan III, el rey de Portugal, para evangelizar a la gente de las Indias Orientales. En abril de 1541, partió hacia a la India en un viaje peligroso y llegó a la costa de Goa en mayo de 1542. Pasó los primeros cinco meses predicando y cuidando de los enfermos. Iba por las calles tocando una campana invitando a los niños a escuchar la palabra de Dios y para explicarles sobre el catecismo.

En octubre de 1542, emprendió viaje a la costa sur de la Pesquería con el objetivo de restablecer el cristianismo. A pesar de que el cristianismo había sido introducido hace años, había desaparecido por la falta de sacerdotes. Predicó durante casi tres años en India Occidental, convirtiendo a muchos. Superó muchas dificultades, incluso la persecución por parte de los reyes del país y por los soldados portugueses.

En la primavera de 1545, Javier viajó a Malaca en Malasia, y en enero de 1546 a las islas Molucas, donde los portugueses tenían asentamientos. Predicó el Evangelio a los habitantes por un año y medio. En julio de 1945 ya había regresado a Malaca donde conoció a un japonés llamado Anjiro quien le enseño sobre Japón y lo inspiró a difundir el cristianismo allí. Sin embargo, la Compañía lo necesitaba en Goa. Durante los seis años que Javier había trabajado en otros lugares, otros jesuitas misioneros habían llegado a Goa y en 1548 Javier los envió a la India, donde había establecido misiones, para preservar y continuar su trabajo. También fundó un noviciado y una casa de estudios.

Finalmente, Javier se embarcó hacia Japón en junio de 1949 con el Padre Cosme de Torres, un sacerdote español; el Hermano Juan Fernández; y Anjiro, quien había sido bautizado en Goa y obtenido el nombre de Pablo de Sante Fe. Llegaron a Japón en agosto y dedicaron todo el primer año a aprender el idioma japonés con la ayuda de Pablo de Santa Fe. Javier comenzó a predicar y convirtió a algunos, pero los monjes japoneses lo desterraron de la ciudad. Se fue de Kagoshima en agosto de 1550 para predicar en otros lugares en el centro y sur de Japón.

Después de trabajar dos años y medio en el campo, le dejó la misión al P. de Torres y al Hno. Fernández, y regresó a Goa en 1552. Luego, Javier consideró la posibilidad de ir a China y comenzó a planear una expedición.

Durante su estadía en Japón, Javier aprendió mucho sobre los chinos y pensó que ir a China era una gran oportunidad para difundir el Evangelio. Se fue de Goa en abril de 1552 y en el otoño llegó a una pequeña isla de Shangchuan, cerca de la costa de China. Sin embargo, antes de llegar al continente, se enfermó y falleció en la isla el 3 de diciembre de 1552.

Completó una asombrosa cantidad de trabajo misionero en solo diez años – desde mayo de 1542 hasta diciembre de 1552 – obteniendo así los títulos de «Apóstol de las Indias» y «Apóstol de Japón». Fue canonizado con San Ignacio en 1622 por el Papa Gregorio XV y nombrado santo patrón de todas las misiones extranjeras por el Papa Pio X.

Su cuerpo todavía se conserva en Goa en la Basílica del Buen Jesús. En 1614, por orden del General Superior de la Compañía de Jesús, Claudio Acquaviva, se le cortó el brazo derecho a la altura del codo. El brazo fue trasladado a Roma donde se le hizo un altar para exhibirlo en la iglesia del Gesù. Muchas escuelas, parroquias y comunidades jesuitas en todo el mundo llevan su nombre, incluso Xavier High School en la ciudad de Nueva York y Xavier University en Cincinnati.

[Fuentes: Encyclopédie catholique, Catholic Online, université Xavier University]